Se trata de la primera gran obra maestra de Hugo Pratt, tanto por la prestación gráfica como por el tema tratado: las guerras de la independencia americana del siglo XVIII entre los pioneros y la interferencia de los intereses franco-británicos en el noreste de América.

Un verdadero himno a la gran narrativa de aventuras, acrecentada en este caso con las muchas tribus indias de la zona, aliados cambiantes de la otra parte en cuestión de horas. En esta obra, Pratt muestra su gran preparación histórica sobre los acontecimientos y, junto a los dos adolescentes, Criss Kenton, de Virginia, y Patrick Fitzgerald, aristócrata inglés, se mueven figuras históricas como Lew Wetzel, el exterminador de indios con el rostro picado de la viruela; el renegado blanco Simon Girty (a quien Pratt presta su propia imagen); el rudo pero honesto Ebenezer Zane, fundador de Wheeling; Daniel Boone, uno de los más audaces pioneros de la época; Madame Montour, intérprete y agente del Indian Department. No hay duda de que Pratt mostró siempre un especial apego por esta saga, tanto como para retomarla en varias ocasiones y completarla un año antes de morir.