HUGO PRATT
Corto Maltés. Tango

En 1923, en San Isidro, arrabal a las afueras de Buenos Aires, Corto Maltés investiga la desaparición de Louise Brookszowyc, implicada en «Varsovia», una organización polaca dedicada a la trata de blancas, cuyos propósitos revela Fosforito, amigo de Corto. A decir verdad, más que la búsqueda de Louise, lo que impulsa a Corto en Argentina es el deseo de vengar su muerte, en un esfuerzo por rastrear y rescatar a la hija de Louise, una niña de tres años.

“No soy nadie para juzgar. Solo sé que tengo una antipatía innata por los censores y los que se las dan de honrados… pero los que más me fastidian de todos son los redentores.”

Las nuevas aventuras de Corto Maltés de Pellejero y CanalesCorto Maltés

La amistad lleva de nuevo a Corto Maltés hasta Argentina. El tango es un sentimiento y una historia. La de Corto Maltés comienza en una sala de billar en Buenos Aires, donde este juego se ha convertido en una manera de pasar el tiempo, en una pasión, en una religión, en una guerra. Mientras busca a la hija de una amiga asesinada por una red de trata de blancas, Corto descubre una Buenos Aires imprevista e imprevisible. No se puede bailar el tango sin emoción. Corto lo hace y, de paso, venga a su amiga. Al fin y al cabo, el tango también es una lucha. 

En esta historia Corto conoce a Butch Cassidy, aquí a sueldo del señor Habban, aunque célebre en su tiempo por haber sido el cabecilla del mítico «Grupo Salvaje» y huido a la Argentina tras pasar la vida entre tiroteos y asaltos a trenes en el oeste norteamericano.